No sólo para protegernos de la luz mientras nos echamos la siesta por ejemplo, sino también para hacer de nuestra casa un lugar más íntimo.
Ahí es cuando surgen las cortinas, persianas y como no, los estores, nuestro elemento decorativo de hoy.
¿Por qué el estor y no la cortina? Pues porque en nuestra selección de elementos decorativos queríamos hablaros de aquellos que tuvieran en su mano hacernos la vida en casa un poquito más sencilla, y en ese sentido, el estor resulta mucho más práctico.
Elementos decorativos: el estor
La diferencia es que se trata de una única pieza, que se recoge de forma vertical y que resulta mucho más fácil de colocar y quitar con lo que facilita sus funciones de limpieza. Son mucho más simples, aunque también mucho menos vistosos hay que reconocerlo, por eso son perfectos para habitaciones en las que nos prime la funcionalidad en lugar de la decoración.
Por ejemplo son perfectos para cocinas o zonas de trabajo, y también para cualquier habitación de una casa de estilo moderno donde sus líneas simples encajarán mejor que cualquier cortina.
En otras habitaciones de la casa, o para otros estilos decorativos, la mejor opción es optar por las cortinas que tendrán un mayor peso visual y que son mucho más decorativas, como por ejemplo dormitorios.
Existen varios tipos de estores que se diferencian fundamentalmente en su forma de recogido, algunos tienen varillas otros una segunda lámina, son los llamados noche y día (muy habituales en las habitaciones infantiles), los hay también en lamas… en definitiva hay muchos modelos que se adaptan a cualquier habitación y estilo decorativo.
Por cierto, otra gran diferencia entre el estor y la cortina no es otra que el precio, un estor es mucho más económico, puedes encontrarlos desde 6 o 7 euros, y los puedes instalar tú mismo con mucha facilidad, mientras una cortina dependiendo del modelo es mucho más cara y además tiene un montaje más complicado.
Fuente Decoesfera
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